viernes, 20 de diciembre de 2013

ENSAYO SANTIAGO DE MOLINA

Es preciso tener talento y afición al estudio, puesto que ni el talento sin el estudio, ni el estudio sin el talento, pueden formar un buen arquitecto”
Los Diez Libros de Arquitectura. Libro I, Capítulo I, Vitruvio

La arquitectura actual en realidad no se diferencia gran cosa de la que Vitruvio define en sus libros, se trata de imaginar una idea, representarla y construirla, siempre intentando que se trate de una actividad integradora, para lo que es imprescindible comprender el entorno social, económico, científico o productivo, de manera que sea posible unir el arte y el pensamiento con la ciencia y la técnica.
Para Le Corbusier la arquitectura era el punto de partida para llevar a la humanidad hacia un porvenir mejor. En su plan para una ciudad contemporánea presentó sus ideas del urbanismo contemporáneo: separación del hábitat y de los lugares de trabajo, construcción de casas en medio de jardines y barrios residenciales que rodeen la villa como una ciudad jardín. Según este arquitecto el primer deber de un arquitecto es alojar a la gente de manera humana.
El resumen de todo esto es que el arquitecto, y por tanto la arquitectura, han ido adaptándose a lo que en cada momento le era exigido por la sociedad, en la actualidad no se puede perder de vista en ningún momento la idea de que cada proyecto debe ser estudiado en su conjunto, se trata de estudiar las necesidades de cada proyecto de manera que se realice el mismo desde una perspectiva integral, ¿qué? ¿para qué? ¿quién lo va a usar?. El arquitecto es el creador, pero debe tener en cuenta los gustos y necesidades de las personas que van a utilizar sus obras, porque los espacios deben ser habitables y vividos pues eso es lo que realmente los hace hermosos.
En realidad nada de este planteamiento es nuevo, ya aparece en los escritos de Wright, Le Corbusier y Van der Rohe, lo que sí ha cambiado, es la forma de hacer arquitectura, la crisis económica ha eliminado de Occidente, al menos de momento, los arquitectos estrella con presupuestos desorbitados y obliga más que nunca al profesional a trabajar en equipo como uno más en el desarrollo del proyecto.
Las nuevas tecnologías han conseguido que la forma de aprender arquitectura deba ser completamente distinta a lo que fue en el siglo pasado, pero si bien existen herramientas que pueden hacer que “no-arquitectos”, sepan hacer arquitectura, es el arquitecto el que puede conseguir aunar razón y emoción, y ello gracias a una formación artística que no poseen otras profesiones, que si bien son capaces de dibujar un edificio, tendrán problemas a la hora de encontrar la poética que debe existir en él.   
Debe ser tarea de las escuelas de arquitectura enseñar a los futuros arquitectos a escuchar lo que la sociedad pide, de manera que sean capaces de utilizar las enseñanzas de los grandes maestros para conseguir lo que en cada momento se les exige. Conocer la tradición para poder modificarla es la mejor forma de revolucionar la arquitectura.